martes, 15 de abril de 2008

Internet: ¿evolución o degeneración del lenguaje?. Facundo E. Cura.


Actualmente, todos sabemos que en nuestra sociedad la comunicación e interacción de las personas a través de Internet es cada vez mayor. Si bien, se utiliza en gran parte para este fin, debemos tener en cuenta que este medio nos brinda una gama incalculable de conocimientos que no estamos acostumbrados o no nos han enseñado a aprovechar. Mayormente, los jóvenes de esta sociedad son quienes poseen el conocimiento, sobre todo práctico, quedando los antiguos sabedores aislados en su mundo cognoscitivo. La variedad de comportamientos que hay, hoy en día, se dan por conocimientos previos para el uso de determinadas herramientas. Es por esto, que es importante que desde temprana edad nos familiaricemos con las nuevas tecnologías ya que para adecuarnos a los cambios y mecanismos necesitamos y debemos tener una base previa.
Además de la falta de educación para saber cómo nutrirnos completamente de lo que nos provee Internet, está la comunicación informal, coloquial e independiente de modificaciones o manipulaciones entre las personas que navegan en la red. Ésta comunicación ha llamado la atención porque, aparentemente, los factores antes nombrados, que intervienen en este canal, han condicionado a los usuarios de la lengua para tomarse “licencias” en el lenguaje.
Debemos tomar conciencia que Internet es un progreso para la humanidad pero que esto depende del uso y de los objetivos que uno tenga con relación a esta tecnología para obtener resultados. Por lo tanto, es conveniente que desde el inicio escolar se inculque en los jóvenes la idea de que este medio es un contenedor invaluable de datos e información para absolutamente todos, sin restricciones para las personas. Para esto debemos tener contacto con la nueva tecnología y aprender de ella. La posibilidad de utilizar Internet está siempre vigente pero es necesario mejorar la forma de que toda la sociedad tenga acceso y los medios para hacerlo. Manuel Castells indica que sin la educación las tecnologías no son más que “máquinas” y que es nuestra mente la que tiene el poder de acción. También expresa que, las nuevas tecnologías son imprescindibles para avanzar, siempre y cuando estén vinculadas a usos económicos, educativos o de servicios públicos.
En cambio, cuando estas condiciones están dadas, la mayoría de los usuarios se conectan e interactúan entre ellos alrededor de todo el mundo, difícilmente absorben conocimientos registrados en la red. El resultado de esta conexión entre los “internautas” es una comunicación libre, generalmente, sin correcciones ni censuras dependiendo sólo de ellos y de esa situación de comodidad e inmediatez.
Es por esto que la problemática yace en entender si este “fenómeno” es sólo un avance positivo o también posee una carga negativa que consiste en permitir el paso libre al retroceso del lenguaje. Si bien a nuestra sociedad se la educa para que posea un amplio campo de expresión y así poder desarrollar la lengua y el vocabulario, aparece, paralelamente, esta herramienta y fuente de información que con una utilización imprevista, de forma paulatina, comienza a modificar la forma de comunicarnos, sin que lo hayamos previsto. Cabe destacar que aquí se define y caracteriza un proceso contemporáneo que incluye a gran parte pero no a la totalidad de la gente que utiliza este medio, donde quedan excluidas, por ejemplo, publicaciones periodísticas y académicas.
Es importante destacar que la falta de colocación de mayúsculas, la reducción y abreviación de términos, la omisión o prolongación de puntuaciones, el registro de palabras según su sonido y los emoticones, en Internet, provocaron una adaptación del lenguaje sumándolo a los ya contemplados (escrito y oral) pero no una nueva lengua o idioma, sino que es el mismo con grandes variedades.
Como lo expresa Raffaele Simone en “La Terecera Fase” es posible realizar una diferenciación de la sociedad tradicional y la de tercera fase, la primera predominó en los orígenes de la civilización hasta el siglo XX, donde los conocimientos evolucionados y sofisticados se formaban en lugares determinados, por ejemplo, centros intelectuales, universidades, estamentos sacerdotales (campos que demostraban las desigualdades sociales para llegar al saber) y eran difundidos a través del lenguaje, en general, escrito. La forma de aprendizaje de los conocimientos prácticos y operativos era por la observación a otras personas que realizaban la actividad, por lo tanto, se adquiría el saber a través del canal de comunicación. Estos conocimientos eran almacenados en la memoria individual o colectiva y el conocimiento estaba expuesto a deteriorarse o perderse. En la sociedad de la tercera fase, el control del conocimiento está en la ciencia, y ésta sólo se distribuye a través del aprendizaje científico. La circulación de conocimientos es infinitamente mayor y ayudada por la alfabetización de la población. Se multiplican y cada vez son más numerosos los “bancos de conocimiento”, donde se conserva y se perpetúa el saber. Sin dudas el más amplio, hoy en día, es Internet.
Entiendo que simplemente este nuevo medio ya está establecido y es independiente de las modificaciones o manipulaciones que se pretendan realizarle, por ejemplo, sistematizaciones, ya que es un campo que, hasta el momento, brinda gran libertad que sólo se delimita por la gente que allí interacciona. Es por esto que es realmente complicado proteger y resguardar la información y datos publicados por medio de la propiedad intelectual. Tanto los estados como las grandes empresas mediáticas están llevando a cabo una ofensiva para controlar la comunicación digital. Esto no es tan simple, el conflicto entre comunicación y libertad se sitúa en un plano en el que la libertad y la autonomía de la gente tienen mayores márgenes de expresión. También entran en este mundo digital y tratan de acotarlo los poderes económicos, políticos y religiosos. En Internet la vigilancia es continua y la memoria de cualquier palabra queda registrada, pero no es lo mismo que el control que se pretende. La gente puede comunicarse con relativa libertad, aunque según lo que hagan con esa libertad pueden pagar un precio por ella. Al no poder someter a Internet a una vigilancia continua, los gobiernos temen la libertad que no está definida por sus propias reglas. Es la gente la que controla la Red.
En conclusión, no es posible definir si esta modificación en el lenguaje se irá trasladando a otros contextos o si no es necesario preocuparnos ya que sólo es producto y característica particular de este “monstruo”. Únicamente con el paso del tiempo, Internet y los usuarios nos reflejarán si estamos frente a una variedad lingüística que enriquece y aporta al lenguaje o lo degenera.

Bibliografía:
- “En qué mundo vivimos”, Mayte Pascual.
- “La Tercera Fase”, Raffaele Simone.
Entidad proveedora de la información obtenida en Internet: Myriades 1
- “El lenguaje en Internet: ¿avance o retroceso?”, Malena Sánchez Moccero. http://www.myriades1.com/vernotas.php?id=164&lang=es
- “Internet: ¿democracia virtual?”, Malena Sánchez Moccero. http://www.myriades1.com/vernotas.php?id=772&lang=es
- “La brecha detrás de la brecha”, Malena Sánchez Moccero. http://www.myriades1.com/vernotas.php?id=778&lang=es
- “La potencialidad está”, Malena Sánchez Moccero. http://www.myriades1.com/vernotas.php?id=773&lang=es

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